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¿Qué significa elegir la felicidad?
Lo primero que tienes que saber, es que ser feliz es una elección, tu elección. La felicidad no es una cima a alcanzar. Es, más bien, un estado de ánimo, de satisfacción personal, que te ayuda a definir y ajustar tus objetivos, ampliar tu mente y contemplar las posibilidades a tu alcance de forma positiva.
¿Por qué las personas buscamos la felicidad?
El ser felices nos permite vivir en armonía, en paz, en tranquilidad con nosotros mismos y las personas que nos rodean; es como recargarte de energía positiva, tener un propósito de vida, aceptar lo bueno y lo malo que podemos experimentar en el diario vivir.
¿Por qué la felicidad depende de nosotros mismos?
Según reconocidos investigadores de la psicología y la neurociencia, la felicidad depende de tres factores: la predisposición genética, en un 40\%; las condiciones de vida, en un 10\%, y las actividades voluntarias, las que dependen de nosotros mismos, en un 50\%. Estas abarcan la actitud, comportamientos, reacciones…
¿Por qué no hay que buscar la felicidad?
La felicidad no hay que buscarla porque no existe en ningún lugar que implique búsqueda. Es decir, no está ahí afuera como muchas veces nos hacen creer. De alguna forma, la sociedad en la que nos ha tocado vivir, nos ha desvirtuado la brújula que nos lleva a la felicidad.
¿Cuál es el significado de la felicidad?
La felicidad es un estado de fluidez mental, de aceptación, de vivir el momento. Para ser feliz, deja a un lado las necesidades absolutistas.
¿Por qué la felicidad no es un objetivo que se alcanza para siempre?
Esto nos puede ayudar a entender que la felicidad no es un objetivo que se alcanza para siempre. Es un estado de ánimo que tenemos que alimentar y mantener. Cuando hablamos de un sentimiento como la felicidad o una emoción como la alegría, uno se puede preguntar el papel que pueden tener en la evolución.
¿Cómo lograr la verdadera felicidad?
La verdadera felicidad sólo se puede lograr cuando nuestra mente está en paz. Esto sucede cuando redirigimos nuestra atención de los pensamientos a nuestro corazón. Esa verdadera felicidad no está asociada con la comprensión o el conocimiento: tenemos que sentirla y vivirla.