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¿Qué se considera propiedad de inversión?
Las propiedades de inversión se definen como aquellos recursos que deben cumplir con requisitos como: ser un bien inmueble (terrenos o edificios), destinados a obtener rentas por operaciones de arrendamiento a terceros o para generar plusvalías por su venta y disposición en el curso ordinario de las operaciones, y.
¿Qué diferencia hay entre una propiedad de inversión y una propiedad ocupada por su propietario?
La diferencia entre las tres es el enfoque estratégico que se tiene al momento de adquirirlas: Cuando se compra una propiedad de inversión se busca obtener renta, aumentar la riqueza personal y producir un ingreso constante a través de la plusvalía.
¿Cómo se registra una propiedad de inversión?
La medición inicial de las propiedades de inversión debe realizarse al costo, es decir, se suma el precio de compra más todas las erogaciones directamente atribuibles para su puesta en marcha, según la finalidad determinada, sin incluir gastos administrativos generales ni costos preoperativos.
¿Cuáles no son propiedades de inversión?
No son propiedades de inversión: propiedades ocupadas por empleados de la entidad (paguen o no rentas a precio de mercado) propiedades ocupadas por la entidad en espera de disponer de ellas; y. propiedades arrendadas a otra entidad en régimen de arrendamiento financiero.
¿Qué es una propiedad ocupada por su propietario?
Propiedades ocupadas por el dueño son las propiedades que se tienen (por parte del dueño o por parte del arrendatario que haya acordado un arrendamiento financiero) para su uso en la producción o suministro de bienes o servicios, o bien para fines administrativos.
¿Cómo se mide una propiedad de inversión posteriormente?
Las propiedades de inversión se miden posteriormente al valor razonable; sin embargo, estas no exigen taxativamente la realización de avalúos anuales o la contratación de valuadores externos.
¿Cuáles son las propiedades de inversión bajo NIIF?
Las propiedades de inversión en las NIIF para Pyme, son las propiedades inmobiliarias, que se mantienen para producir rentas, plusvalía o ambas, y no para su uso o venta (IASB, 2009, 16.2), y que además deben llevarse al valor razonable (IASB, 2009, 16.1).