¿Qué es la demanda en un contrato?
La demanda consiste en un procedimiento mediante el cual, una de las partes que celebró el contrato (la que se considere perjudicada) demanda a otra por un motivo específico derivado de no llevar a cabo lo convenido en el pacto celebrado. Cuando hablamos de incumplimiento contractual, encontramos primeramente el incumplimiento en sentido material:
¿Quién determina el incumplimiento de un contrato?
Precisamente, es el mismo contrato el que determina su incumplimiento, por ser el que recoge los términos que deben llevarse a cabo por cada parte, pudiendo precisamente cualquier parte de dicho contrato celebrado hacer exigible su derecho de cumplimiento del mismo, según lo que se plasmó en el contrato.
¿Cómo saber si un contrato fue incumplido?
Todo lo anterior, se da en los términos establecidos en el contrato, además de que es indispensable reunir los elementos de prueba que nos permitan demostrar que efectivamente, el contrato fue incumplido en su totalidad, o bien, no fue realizado en la forma y términos en que los contratantes firmaron el mismo.
¿Cómo demandar a alguien por incumplimiento de contrato?
Para demandar a alguien por incumplimiento de contrato, debes preparar un documento llamado “demanda” (complaint), que tendrás que presentar ante el tribunal. Estos formularios varían ligeramente de un estado a otro. Asegúrate de contar con el formato correcto.
¿Qué son las demandas?
Cuando se trata de demandas hay un sinnúmero de situaciones que pueden llevarlo a usted a que lleve a cabo una. O, por el contrario, por las que usted puede ser el demandado. Desde las demandas por accidentes personales, hasta las que tienen relación con lo laboral. Como por ejemplo despidos injustificados o demandas por incumplimiento de contrato.
¿Qué pasa si el demandante optó por exigir el cumplimiento del contrato y no lo consiguió?
Es decir que, si el demandante optó por exigir el cumplimiento del contrato y no lo consiguió, entonces puede exigir la resolución del mismo con las consecuencias que de ello se deriva, pues una acción no impide la otra, siempre que no sea simultáneas.