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¿Qué castigo recibió el zorro?
Su castigo es la caída, la que se transforma en el segundo Page 16 DR. J.J. M. M. VAN KESSEL. EL TRAMPOSO ENGAÑADO: EL ZORRO EN LA COSMOVISIÓN ANDINA REVISTA CIENCIAS SOCIALES 3 / 1993 51 traspaso, del cielo a la tierra, donde se introduce con ofensas y amenazas, insolencias y mal comportamiento.
¿Qué quiere decir la moraleja no vale la pena las uvas están muy verdes?
Luego de varios intentos fallidos, pues las uvas estaban muy altas, las desprecia y dice. ”Están verdes”. La moraleja es que a menudo fingimos despreciar aquello que, finalmente, no pudimos alcanzar.
¿Que le aconsejo la madre sobre el zorro?
—¿Qué hago si viene el zorro? —preguntó. —Del zorro teme los embustes —le aconsejó la madre—. Al zorro debes engañarlo antes de que te engañe a ti.
¿Qué consejos le dio su mamá a Oshta?
Oshta era un niño pequeño que recibe el encargo de su mamá de quedarse cuidando las ovejas que pastaban en las montañas. Este pedido le resultó muy difícil de cumplir porque tenía miedo. Su mamá le dio consejos sobre cómo enfrentar el miedo, el aburrimiento, a un zorro o incluso a un duende.
¿Qué le dijo la madre a Oshta que hiciera cuando sienta miedo?
Cuando empezó a sentir miedo, se dijo a sí mismo que ya era hora de mostrarse valiente como los hombres grandes. Y, para ahuyentar sus temores, se puso a cantar: Ovejas mías, vengan, vean que tan solo me encuentro y soplen con su aliento ahuyentando el frío así. Digan al sol que, por mí, hoy se acueste más temprano.
¿Cuál es el refran del zorro y la cigüeña?
La cigüeña alcanzaba fácilmente el guiso con su pico, pero no el zorro con su hocico ancho y corto. El zorro, muy avergonzado, se marchó con el rabo entre las patas. Moraleja: No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.
¿Que le dio la mamá de almuerzo a Oshta?
Finalmente, le dio un atado que contenía papas y queso para su almuerzo. También había puesto en él una pierna de pollo que le arrebatara la noche anterior a un zorro que se metió al corral. Después de muchas recomendaciones, la madre se fue y Oshta se quedó solo, mirando los altos cerros nevados en la lejanía.
¿Qué le dijo el duende Aosta?
–Porque eras pequeño, pero ahora has crecido y puedes ayudar- me. Tú cuidarás el rebaño mientras que yo lavo y remiendo nuestros vestidos. Si te da miedo, canta. Canta cualquier cosa y, así, al escu- char tu voz, te sentirás más acompañado.