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¿Por qué David mató a Goliat?
David dijo que vencería a Goliat para mostrar la grandeza de Jehová. David corrió hacia Goliat. Rápidamente lanzó una piedra con su honda. La piedra golpeó a Goliat en la frente y el hombre gigante cayó al suelo.
¿Por qué fue David a la batalla?
David se disponía a participar en contra de su nación del lado de los filisteos, pero los reyes de otras ciudades filisteas se opusieron a que David los acompañara, ya que temían que se podría poner del lado de sus compatriotas, por esta razón le fue prohibido a David y a sus hombres participar en la batalla.
¿Cuál era la relacion entre David y Jonatan?
La interpretación platónica de la relación entre David y Jonatán ha sido el punto de vista principal que se encuentra en la exégesis bíblica, según lo dirigido por escritores cristianos. Esto sostiene que la relación entre los dos, aunque fuerte y cercana, es en última instancia un amor platónico.
¿Qué pasó con la cabeza de Goliat?
David lanzó un chinarro con su honda que se clavó en la frente del filisteo, que cayó de bruces. Este momento lo aprovechó para matarle con su espada y cortarle la cabeza. David, después, cogió sus armas y la cabeza de Goliat llevándolas a Jerusalén, donde las puso en su tienda.
¿Cuál es el relato de la historia de David y Goliat?
Encontramos el relato de la historia de David y Goliat en 1 Samuel 17. Los filisteos, enemigos férreos de Israel, habían desafiado a los israelitas a la guerra. Los dos ejércitos se posicionaron frente a frente en montes opuestos, con el valle de Elá de por medio, y esperaron.
¿Cuánto pesaba la espada de Goliat?
Goliat medía 2,90 metros de altura, llevaba una armadura que pesaba más de cincuenta kilos. Simplemente su espada pesaba más de seis kilos. Todo su cuerpo estaba cubierto de acero excepto su frente. Ahí estaba su tendón de Aquiles, que le traería tan nefastas consecuencias.
¿Cuál fue el resultado de la batalla de Goliat?
El resultado de la batalla fue justo el que David le había dicho a Goliat: “Jehová […] tiene que darlos a ustedes en nuestra mano” ( 1 Samuel 17:47, 52, 53 ). En la actualidad, los siervos de Dios no participamos en las guerras. Esa época ya pasó ( Mateo 26:52 ).