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¿Cuándo se creó el vitral?
La más antigua referencia sobre el arte del vitral se remonta a la Roma del Siglo III al V antes de Cristo, donde se realizan vitrales con finísimos fragmentos de yeso translúcido. En sus inicios sólo interesaba el efecto de la luz coloreada a través de cristales toscamente teñidos.
¿Cómo nació el vitral?
La existencia de los vitrales se remonta al Imperio romano, cuando algunos artesanos comenzaron a utilizar vidrio de colores para producir objetos decorativos. Si bien existen pocas piezas de vitral completamente intactas de este periodo, la copa de Licurgo sugiere que esta práctica existía ya en el siglo IV.
¿Cómo se dice vidriera en Colombia?
En español de España «escaparate» es lo mismo que «vidriera» en español de la Argentina y «vitrina» en Colombia: ‘Espacio exterior de las tiendas, cerrado con cristales, donde se exponen las mercancías a la vista del público’.
¿Por qué se creó el arte de la vidriera?
Probablemente en Bizancio donde comenzó a sustituirse en los mosaicos el mármol y la piedra natural por pequeños trozos de vidrio y comenzó a emplearse el plomo como material de ensamblado de las distintas piezas. El arte de la vidriera se incorpora así a las demás artes para desarrollarse y expandirse.
¿Cómo han evolucionado las vidrieras?
Las vidrieras, unidas a la arquitectura desde las iglesias románicas, han evolucionado hasta convertir los muros de los edificios del siglo XXI en una sugerente fusión entre interior y exterior. Nacidas de la creatividad de artistas de todos los tiempos, tienen en el sol el mejor de los pinceles. Jardín botánico de Toluca. Fuente
¿Cuál es la importancia de la vidriera?
La vidriera transforma la luz y crea una atmósfera que influye en espacio y en el animo. Los primeros documentos nos remontan a la primera mitad del siglo IX, pero todo indica que probablemente su empleo es muy anterior.
¿Cuál es la importancia de las vidrieras en las iglesias?
La llegada del Gótico, el auge de las vidrieras Las iglesias, desde la transición del Románico al Gótico, se sirvieron de los vitrales para aligerar el peso de sus elevados muros, y para llenar de historias bíblicas y de santos las imponentes naves con sus luces de colores.