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¿Cuando no estás casado por la Iglesia puedo comulgar?
Las personas casadas y divorciadas civilmente también siempre y cuando observen las mismas normas que cualquier otro católico antes de acudir al sacramento de la Eucaristía. Para la Iglesia, el divorcio civil no es un problema para recibir la Comunión.
¿Quién y cómo se celebra la liturgia?
La liturgia es glorificación de Dios (por parte de la asamblea celebrativa) y santificación del hombre (por parte de Dios). En ese diálogo esencial Dios se autorrevela como el Dios que da vida y los creyentes lo reconocen como tal y por medio de los ritos y signos propios de la liturgia, lo alaban y festejan.
¿Qué es el ministro de la celebración de la Eucaristía?
Los ministros ordinarios de la Sagrada Comunión son el sacerdote y el diácono. Se pueden nombrar ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión para facilitar la distribución de la Sagrada Comunión dentro de la Misa cuando hay un gran número de comulgantes.
¿Que se dice a la hora de comulgar?
En ese momento, el sacerdote levanta la hostia y dice: “El cuerpo de Cristo”, a lo que se responde “amén”. La forma correcta es extender la mano izquierda con la palma hacia arriba y con la mano derecha colocada debajo de la izquierda (si se es diestro), y así recibir la hostia.
¿Se puede llevar la Eucaristía a casa o a otro lugar?
Nadie puede llevarse la Sagrada Eucaristía a casa o a otro lugar. Hacerlo es sacrilegio. Si se tiene conciencia de estar en pecado grave, no se debe comulgar sin acudir antes a la confesión sacramental, a no ser que concurra un motivo grave y no haya oportunidad de confesarse.
¿Cómo se pueden utilizar las plegarias eucarísticas?
Sólo se pueden utilizar las Plegarias Eucarísticas del Misal Romano o las aprobadas por la Sede Apostólica. Los sacerdotes no pueden componer sus propias plegarias eucarísticas, cambiar el texto aprobado por la Iglesia, ni utilizar otros textos.
¿Cuáles son los derechos de los católicos?
Los fieles tienen el derecho de tener una música sacra adecuada e idónea y que el altar y los paños sagrados, según las normas, resplandezcan por su dignidad, nobleza y limpieza. Cualquier católico tiene derecho a exponer una queja por un abuso litúrgico, ante el Obispo diocesano o ante el Vaticano.